Con la irrupción de los programas de inteligencia artificial en las oficinas, capaces de potencialmente hacer obsoletos millones de empleos, un grupo de trabajadores siempre bajo presión parece particularmente vulnerable.

Estos empleados se dedican a analizar nuevos mercados y a identificar tendencias, tareas que una computadora podría realizar con mayor eficiencia. Además, dedican gran parte de su tiempo a comunicarse con colegas, una labor que se está automatizando con generadores de voz e imágenes. A menudo, deben tomar decisiones difíciles, y ¿quién mejor que una máquina para ser imparcial?

Estos trabajos también están bien remunerados, lo que significa que eliminarlos supondría un ahorro significativo en costos.

La inteligencia artificial está poniendo en riesgo cada vez más a los directores ejecutivos, redactores de comunicados de prensa y representantes de atención al cliente. Las fábricas completamente automatizadas podrían tener pronto su contraparte en la cúpula de las corporaciones: ejecutivos automatizados.

Esto no es solo una predicción. Algunas empresas exitosas han comenzado a experimentar públicamente con la idea de un líder de inteligencia artificial, aunque por ahora sea principalmente un ejercicio de marketing.

En los últimos 18 meses, desde que OpenAI lanzó ChatGPT en noviembre de 2022, la inteligencia artificial se ha promocionado como la solución para todos los problemas corporativos. El año pasado, Silicon Valley invirtió 29.000 millones de dólares en inteligencia artificial generativa y la está impulsando con vigor. Incluso en su forma actual, aún rudimentaria, la inteligencia artificial que imita el razonamiento humano está ganando terreno entre empresas en dificultades y con una falta de liderazgo sólido.

“En las empresas con problemas, primero se reemplaza la gestión operativa, pero es probable que se mantengan algunos humanos para que piensen por encima de las máquinas”, afirmó Saul Berman, exsocio consultor sénior de IBM. En general, comentó Berman, “el cambio que producirá la inteligencia artificial en las empresas será tan grande o mayor en los niveles estratégicos superiores de gestión como en los rangos inferiores”.

El verano pasado, edX, la plataforma de aprendizaje en línea creada por administradores de la Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y ahora parte de 2U Inc., una empresa que cotiza en bolsa, realizó una encuesta a cientos de directores ejecutivos y otros altos directivos. Los participantes fueron invitados a responder y se les ofreció un «pequeño incentivo monetario» para hacerlo.

La respuesta fue sorprendente. Casi la mitad un 47 por ciento de los ejecutivos encuestados afirmó que creía que “la mayoría” o “toda” la función del director ejecutivo debería ser completamente automatizada o reemplazada por inteligencia artificial. Incluso los propios ejecutivos consideran que los cargos ejecutivos son prescindibles en esta última etapa de la era digital.